Si esta entrada tuviera música, sonaría Hooked on a feeling ♫
Dos mil dieciséis, empezaste como un año más, parecía que ibas a ser igual de monótono que los últimos, pero pronto empezaste a mostrar tu cara y lo hiciste de la peor manera. La víspera de Reyes, mientras compraba los últimos regalos, una llamada me dejaría fuera de juego. Una llamada inesperada que terminó con un viaje exprés a Madrid. Un viaje triste y frío, para despedir a alguien que se había ido de manera repentina.
Los meses siguientes fueron tranquilos, pero todavía me tenías reservadas más sorpresas, aunque esta vez más agradables. De golpe y porrazo, y sin estar preparada, tenía dos semanas para meter toda mi vida en cajas de cartón, y lo más difícil no fue empaquetar tanto en tan poco tiempo, lo realmente difícil fue dejar a los míos. Hacía años que no lloraba hasta quedarme seca por dentro, me partía el corazón marcharme, sobre todo, porque en ese momento tomara la decisión que tomara lo sentía como una pérdida: ¿Mi familia o Mr. Brandon? El futuro de la relación estaba en mis manos, y saberlo me creaba tal ansiedad que pasé unos días realmente malos. Siempre fui de las que decía que jamás dejaría todo por amor, jamás. Y al final... lo he hecho. Nunca olvidaré ese día de finales de julio, cuando arrastraba una maleta de casi 12 kilos mientras me despedía de mi abuela, mi 'madre' a efectos prácticos, la persona que más quiero en este mundo. Me dolía tanto, sobre todo verla llorar, que estuve todo el viaje en tren hasta Madrid escuchando en bucle Organs de Of Monsters and Men. La melancolía y la tristeza que destilaba la voz de Nanna Bryndís era exactamente la que sentía en ese momento. Quería escupir el miedo que me embargaba.
Los primeros días lejos de casa fueron difíciles, no voy a mentir, pero Mr. Brandon lo hizo todo mucho más sencillo, con esa paciencia infinita que a veces no sé bien de dónde saca. Mi madre siempre ha dicho que la paciencia es un don, quizá tenga razón. Nos instalamos en Villa Brandon a principios de agosto y pronto las semanas volaron, y todo empezó a ser... fácil. Todavía me sorprende mi poder de adaptación, con lo reacia que siempre he sido a los cambios, incluso a los más insignificantes. Sólo faltaba Luca en la ecuación, nuestro pequeño Luca, y llegó a mediados de octubre, por sorpresa, como las cosas más bonitas. Un regalo de Navidad adelantado, y el principio de la familia Brandon.
A pesar de los momentos tristes o complicados, ya ves que me has dado regalos bonitos, y has traído a mi vida personas de las que suman, de las que te hacen crecer, que al final son las que realmente merecen la pena. Me has traído a Lidia, y ha sido un apoyo fundamental en estos meses de cambios. Compañera de lecturas, de recomendaciones y de confidencias. No soy una persona que utilice el término "amiga" a la ligera, pero sin duda ella cada día me demuestra que está ahí, que es una de esas personas bonitas que la vida cruza en nuestro camino para que sea más plena.
Gracias por grandes lecturas, dos mil dieciséis.
Gracias por Pablo, por ese Pablo de Martina en tierra firme, ese Pablo que me puso la piel de gallina y me hizo derramar lágrimas como puños. Por su madurez, su sensatez, su entrega, por amar a Martina más que al mar.
Gracias por Daniela y Luca, porque ambos me hicieron vivir una de las historias de amor más bonitas que he leído. Por ser personajes de carne y hueso, con sus errores, sus miedos, sus inseguridades.
Gracias por Lucas y Valerie. Me hicieron reír cuando se conocieron, y me emocionaron cuando tuvieron que luchar por su historia. Supieron tocar la tecla adecuada para dejarme huella con esa segunda parte. Real y sentida, de las que te apretujan el corazón.
Gracias por Gideon y Sylvia, y por Sarah y Liam, por demostrarme que el amor, el amor puro, puede romper la barrera del tiempo y la distancia.
Gracias por Rin y Via, los más jovenzuelos de esta lista de agradecimientos y protagonistas de una de las historias más bonitas y especiales que he leído en mi vida. Una de esas historias que te producen una sensación de bienestar y te dejan con una sonrisa en la cara. Fue precioso conocerlos este año y acompañarles en su camino.
Gracias por Lauren y Ryan, y por Elsie y Ben. Por sus historias, diferentes pero igual de sentidas. Por dejarme los sentimientos a flor de piel y con la cabeza echando humo de tanto que me hicieron reflexionar sobre el amor y la vida. ¿Hay algo más bonito que eso?
Gracias por Serendipia, por esos fragmentos que tanto me han acompañado en mis momentos más flojos y, que en muchas ocasiones, me han dado una pizca consuelo entre tanto cambio vivido.
Gracias por Julieta, esa chica tan... ¡demasiado!, que llegó a mi vida por sorpresa y cuando más falta me hacía, cuando necesitaba dejar de preocuparme, necesitaba evadirme... Necesitaba reír. Y ella, con sus calcetines dispares, su incontinencia verbal, su adicción al helado de kinder y a las pelis de Tim Burton, puso color a un diciembre que se presentaba gris.
Gracias por Daniela y Luca, porque ambos me hicieron vivir una de las historias de amor más bonitas que he leído. Por ser personajes de carne y hueso, con sus errores, sus miedos, sus inseguridades.
Gracias por Lucas y Valerie. Me hicieron reír cuando se conocieron, y me emocionaron cuando tuvieron que luchar por su historia. Supieron tocar la tecla adecuada para dejarme huella con esa segunda parte. Real y sentida, de las que te apretujan el corazón.
Gracias por Gideon y Sylvia, y por Sarah y Liam, por demostrarme que el amor, el amor puro, puede romper la barrera del tiempo y la distancia.
Gracias por Rin y Via, los más jovenzuelos de esta lista de agradecimientos y protagonistas de una de las historias más bonitas y especiales que he leído en mi vida. Una de esas historias que te producen una sensación de bienestar y te dejan con una sonrisa en la cara. Fue precioso conocerlos este año y acompañarles en su camino.
Gracias por Lauren y Ryan, y por Elsie y Ben. Por sus historias, diferentes pero igual de sentidas. Por dejarme los sentimientos a flor de piel y con la cabeza echando humo de tanto que me hicieron reflexionar sobre el amor y la vida. ¿Hay algo más bonito que eso?
Gracias por Serendipia, por esos fragmentos que tanto me han acompañado en mis momentos más flojos y, que en muchas ocasiones, me han dado una pizca consuelo entre tanto cambio vivido.
Gracias por Julieta, esa chica tan... ¡demasiado!, que llegó a mi vida por sorpresa y cuando más falta me hacía, cuando necesitaba dejar de preocuparme, necesitaba evadirme... Necesitaba reír. Y ella, con sus calcetines dispares, su incontinencia verbal, su adicción al helado de kinder y a las pelis de Tim Burton, puso color a un diciembre que se presentaba gris.
Gracias también por las canciones que han sonado en mi Ipod. Por esas canciones para el tiempo y la distancia, canciones que me recuerdan momentos, despedidas, sonrisas, lágrimas, abrazos... Canciones que también son tuyas, dos mil dieciséis.
01. High, de Young Rising Sons
02. Nowhere to go, de Hurricane Love
03. The riot's gone, de Santigold
04. Trouble I'm in, de Twinbed
05. Take me out, de Franz Ferdinand
03. The riot's gone, de Santigold
04. Trouble I'm in, de Twinbed
05. Take me out, de Franz Ferdinand
06. Too far, de Anna F.
07. Wake up, de Arcade Fire
10. Organs, de Of Monsters and Men
11. Fairy paradise, de CocoRosie
12. 1957, de Milo Greene
13. Keep your lips sealed, de The Dø
14. Setting the word on fire, de Kenny Chesney con P!nk
15. Stop desire, de Tegan and Sara
16. Hooked on a feeling, de Blue Swede
· B o n u s t r a c k ·
01. Matemática de la carne, de Rayden
02. Oh, sana, de Miss Caffeina
03. I.M.T. Incapacidad moral transitoria, de Love of Lesbian
04. Te debo un baile, de The New Raemon
05. El baile, de Izal
14. Setting the word on fire, de Kenny Chesney con P!nk
15. Stop desire, de Tegan and Sara
16. Hooked on a feeling, de Blue Swede
· B o n u s t r a c k ·
01. Matemática de la carne, de Rayden
02. Oh, sana, de Miss Caffeina
03. I.M.T. Incapacidad moral transitoria, de Love of Lesbian
04. Te debo un baile, de The New Raemon
05. El baile, de Izal
01. Viento de cara, de Supersubmarina
(Horizonte Martina, de Elísabet Benavent)
06. Nothing compares to you, de Passenger, The Once y Stu Larsen
(Por siempre, ¿felices?, de Taylor Jenkins Reid)
(Por siempre, ¿felices?, de Taylor Jenkins Reid)
PD1. Alguna vez os he contado que cada año hago una lista de Spotify con las canciones que me han acompañado en el transcurso del mismo. Hace unos meses os comenté que tenía la idea de este año convertirlo en algo físico, hacerle una carátula y tener un CD con la banda sonora de este 2016. María Ángeles (Una bloguera eventual) me dijo que le gustaría que lo compartiera con vosotros, que le hiciera fotos a ese CD. De momento no lo tengo apañado pero en cuanto lo tenga os lo enseñaré, lo que sí tengo es la carátula y la lista de canciones, y eso sí lo comparto hoy con vosotros para cerrar el año.
PD2. Me parecía chulo también compartir con vosotros esas canciones que acompañan algunas de las historias que he leído, canciones que al escucharlas ahora me llevan directamente a ellas, a lo que me hicieron sentir en su momento. A Pablo y Martina, a Daniela y Luca, a Lauren y Ryan... Muchas de estas historias, como sabéis, han dejado su huella este año. Algunas, también musicalmente.
- 29.12.16
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